La osteoporosis suele presentarse de manera asintomática hasta que se produce una fractura. Son denominadas ‘fracturas por fragilidad’. Es un error común atribuir el dolor de extremidades, lumbar o de alguna articulación a la osteoporosis. La osteoporosis no duele.

Las más frecuentes son las fracturas de las vértebras, y una gran mayoría son asintomáticas y se diagnostican de manera accidental por una radiografía, u otra prueba de imagen que se solicita por otro motivo. Cuando presentan síntomas, suelen cursar con dolor agudo o crónico, deformidades en la columna y disminución de la estatura. Se localizan sobre todo en la mitad inferior de la columna dorsal y en la mitad superior de la columna lumbar.

Las fracturas de cadera son también muy prevalentes y afectan al 15% de las mujeres y al 5% de los hombres de más de 80 años. Generalmente son consecuencia de una caída, y cursan con dolor agudo e incapacidad para movilizar la extremidad afectada. A menudo el tratamiento de este tipo de fracturas es quirúrgico, por lo que es una causa frecuente de ingreso hospitalario en personas ancianas.

Existen, por lo tanto, las siguientes formas de comienzo o síntomas que pueden indicar la presencia de osteoporosis:

  • Detección en personas asintomáticas y sin historia de fracturas previas que presentan múltiples factores de riesgo (pérdida de la menstruación antes de los 40 años, o tras cirugía de extirpación de los ovarios, historia familiar de osteoporosis o fracturas, dieta inadecuada pobre en calcio, estilo de vida sedentario, abuso de alcohol o tabaco, o tratamiento prolongado con determinados fármacos).
  • Presentar fracturas de repetición de huesos largos (húmero, fémur o radio a nivel de la muñeca) de manera espontánea, o ante mínimos golpes o caídas.
  • Padecer fracturas vertebrales por un pequeño movimiento (toser, estornudar o agacharse), o incluso sin relación con ningún desencadenante.
  • Como consecuencia de fracturas vertebrales repetidas se puede producir, sobre todo en edades más avanzadas, una mengua de la talla o aparición de joroba (por disminución de la altura de los cuerpos de las vértebras).