Los quistes son formaciones que se dan en el organismo en condiciones particulares. La mayoría no son malignos, pero siempre es bueno conocerlos para perder el temor que provoca sentirlos bajo la piel.

En términos científicos, un quiste es una bolsa membranosa cerrada que se forma en cavidades o en tejidos blandos de nuestro cuerpo. Su contenido es diverso, pudiendo tratarse de líquido natural, sangre, células, e incluso aire o materiales semi sólidos.

Su función en el cuerpo aún no se ha determinado, y algunas veces se relacionan a enfermedades y situaciones malignas, mientras que en otras ocasiones son benignos. Los quistes benignos pueden de igual manera causar situaciones negativas como presionar órganos, liberar sustancias poco favorables, etc. En muchos casos los quistes se encuentran rodeando cuerpos extraños o parásitos que se introducen en el cuerpo, convirtiéndose en un mecanismo de defensa contra amenazas externas.

Los quistes pueden formarse en cualquier parte del cuerpo. Los más habituales son los quistes mamarios, ováricos y uterinos, aunque también son habituales los quistes sebáceos debajo de la piel, los de ganglios encontrados principalmente en articulaciones y tendones, los bronquiales y pulmonares, siendo los más conocidos los asociados a la fibrosis quística y los que se presentan en las cuerdas vocales.

Cuando se sospecha o detecta un quiste, es importante acudir al médico para que se realicen los estudios correspondientes. El profesional hará palpaciones externas para analizarlo, observará el caso y, si es necesario, ordenará un diagnóstico por imagen a través de utlrasonido para determinar los detalles, dimensiones específicos y densidad.

A partir del análisis del médico, su experiencia determinará las probabilidades de malignidad a través del análisis de la imagen. En casos de duda o sospecha, generalmente se acude a una aspiración total o parcial, introduciendo una aguja al quiste y aspirando una parte o todo su contenido. Si se retira solo un poco, el fin es realizar una biopsia y confirmar sospechas de gravedad, mientras que al retirar todo el contenido se elimina por completo.

Aunque en la mayoría de los casos los quistes son benignos y pequeños, en casos graves (quistes de gran tamaño, que presenten señales de ser maligno) podrán ser extraídos mediante cirugía, a criterio del profesional.