La Nutrición y la Menopausia
La famosa menopausia no es nada más que una señal proveniente del cuerpo de la mujer, avisando que grandes cambios se acercan y será ahora momento de cuidarse más que nunca.
Con el pasar de los años, los ovarios producen cada vez menos estrógeno y progesterona, las dos hormonas encargadas de la reproducción. Este será sin duda el momento para cuidarse más que nunca y cambiar los hábitos a unos más saludables, pues la actividad física y el control de alimentos pueden facilitar bastante la transición.
Plan de Alimentación Efectivo
El consejo de una buena alimentación aplica para todas las mujeres, no importa su edad o qué etapa de su vida esté atravesando. Para aquellas que ya llegaron a la menopausia, existen ciertas reglas o ciertos tipos de alimentos que deben añadirse a su dieta con especial importancia.
- Calcio: Todos los productos derivados de la leche – queso, yogurt, entre otros – deben ser ingeridos con más frecuencia durante esta etapa, ayudando a mantener unos huesos fuertes, con buena densidad para prevenir la osteoporosis.
- Vitamina D: La gloriosa vitamina D, una de las fuentes de bienestar más relevantes en los alimentos y que, tristemente, no suele ser tomada mucho en cuenta. Este compuesto es uno de los responsables en la salud de los huesos y trabaja muy bien junto al Calcio.
Entre las diversas fuentes de vitamina D, se encuentran los huevos, el pescado, las carnes rojas y algunos que otros productos de consumo diario. Quizás sea una sorpresa para algunos pero el compuesto puede absorberse mediante los rayos del sol, preferiblemente el de las primeras horas de la mañana.
La dieta, los remedios naturales u otros suplementos pueden considerarse, pero se recomienda que se consulte con un profesional.
¿Qué Tipo de Alimentos se Deben Evitar?
Primero que nada, debes saber que las grasas saturadas son el enemigo número uno. Esto se debe a que ahora más que nunca el organismo está expuesto a enfermedades cardiovasculares.
Lo esencial para una dieta libre de grasas saturadas es reemplazar, por ejemplo, la mantequilla por aceites vegetales, como el de oliva. Otros elementos que debes evitar son, sin duda, la sal y el alcohol. No es necesario suprimirlos por completo pero si consumirlos de manera controlada.