Uno de los retos más grandes en la lucha contra el cáncer es la opinión popular. Existen muchos mitos y verdades circulando, hechos mal citados en los medios o “estudios” que carecen de rigor científico o experimentos que están en etapas muy preliminares y son anunciados como la gran solución al problema. Por esta razón escribimos este artículo, para ayudar a disipar algunos de los mitos y esclarecer las verdades sobre esta enfermedad.

Uno de los malentendidos con respecto al cáncer tiene que ver con la genética; las personas asumen que ésta juega un papel mucho mayor en determinar si una persona sufre o no de esta enfermedad. Otro ejemplo es el mito de que los golpes a ciertas partes del cuerpo aumentan el riesgo de sufrir de un tipo de cáncer u otro.

Pero el mayor malentendido de acuerdo con un estudio presentado en Viena durante el congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica, es que las personas subestiman el papel que juega el estilo de vida en la prevención del cáncer. El estudio llevado a cabo en Irlanda, busca establecer cuáles son los principales puntos de información y desinformación con respecto a esta enfermedad, presentando un cuestionario que analizaba los conocimientos de los participantes.

Algunos de los resultados más destacados incluyen la creencia que usar ropa interior apretada, un golpe en el pecho, usar teléfonos celulares, consumir alimentos genéticamente modificados y aerosoles son factores que aumentan el riesgo de sufrir de cáncer de manera importante.

La genética se presenta como uno de los grandes puntos de confusión, ya que el 90% de los participantes dijeron que la genética aumentaba fuertemente el riesgo de sufrir cáncer, y más del 25% dijo que la mayoría de los cánceres son de tipo genético. La realidad es que solamente entre el 5% y el 8% de los cánceres se desarrollan a causa de un gen heredado.

Otro hallazgo importante es que los participantes creen que el riesgo de contraer cáncer no varia con el paso del tiempo para una persona. Y cuando se les dijo que hay medidas que podrían reducir el riesgo de cáncer, más de un cuarto de los participantes creían que las famosas dietas “detox” eran las que lograban este cambio. Otro 64% de los participantes afirmó que la comida orgánica protege contra el cáncer. A la fecha no hay ningún estudio científico que demuestre definitivamente un vínculo entre ambos.

El 40% de los participantes no conocía el vínculo demostrado entre las carnes rojas y el riesgo de cáncer, pero el 85% sabían de las carnes procesadas y la sal.

Lo que nos hace ver este estudio es que la población, en este caso la Europea pero podría extrapolarse a la población mundial, prefiere delegar la responsabilidad sobre el riesgo del cáncer a factores que están fuera de su control como lo son la genética y el medio ambiente, en lugar de tomar responsabilidad sobre los cambios en su estilo de vida que tienen el mayor impacto sobre su salud.

La mejor forma de reducir los índices de esta enfermedad a nivel mundial es a través de la información acerca de los efectos del estilo de vida, el sobrepeso y el alcohol.

Fuente: European Society for Medical Oncology (ESMO) Congress: Abstract 1421. Presented September 30, 2012.