Las calcificaciones mamarias son pequeños depósitos de cáncer que se encuentran en el tejido mamario, y son visibles en la mamografía como pequeños puntos blancos. Estas calcificaciones que se encuentran a través de la mamografía de rutina, pueden variar tanto en cantidad como en aspecto, y la mayoría de las que se detectan rutinariamente son de carácter benigno; en algunos casos, sin embargo, pueden ser un signo de cáncer de mama.

Es en este punto donde la tecnología y la experiencia se unen en la lucha contra el cáncer. La imagen capturada por la mamografía revela la existencia y características de estas calcificaciones, la experiencia del especialista le permite detectar, evaluar, clasificar y hacer las recomendaciones apropiadas en cada caso de acuerdo con lo que muestra la imagen.

Los factores que el radiólogo tiene en cuenta a la hora de evaluar las calcificaciones son:

  • la forma
  • el tamaño
  • la densidad
  • la cantidad
  • la distribución
  • la ubicación dentro de la mama
  • si están agrupadas o dispersas
  • si son uni o bilaterales
  • uni o multifocales
  • si son homogéneas o heterogéneas
  • si presentan bordes regulares o irregulares
  • si están o no asociadas a otras lesiones, entre otros aspectos.

Generalmente, para poder evaluar y clasificar adecuadamente las calcificaciones, se solicitan mamografías ampliadas y focalizadas, en comparación con el estudio inicial en el que fueron detectadas.

Una vez se lleva a cabo la evaluación, se pueden clasificar las calcificaciones de la siguiente manera:

  1. Benignas:  No son motivo de preocupación y no modifican el control anual que debe realizarse.
  2. Probablemente benignas o medianamente sospechosas:  Teniendo en cuenta otros aspectos de la mamografía, características personales de la paciente  y antecedentes familiares pueden requerir controles periódicos (cada 6 meses) o una biopsia estereotáxica.
  3. Alta probabilidad de malignidad: Requieren biopsia estereotáxica para su confirmación y el establecer un tratamiento terapéutico o biopsia quirúrgica.

La calidad de la imagen mamográfica es esencial para poder detectar microcalcificaciones, y posteriormente para clasificarlas. La mamografía digital es tecnológicamente superior a los métodos utilizados anteriormente, ya que permite una mayor discriminación entre densidades.

Por esta razón IMD pone a disposición de sus pacientes todos los recursos tecnológicos y humanos que permiten identificar, clasificar y hacer recomendaciones con respecto a estas calcificaciones, y a la salud en general de nuestras pacientes.