La mamografía es un estudio de imágenes médicas diagnósticas que se utiliza como medida para evaluar el tejido mamario. Esta es la explicación que todos sabemos acerca de la mamografía, sabemos también que después de los 40 años es recomendado hacerse este examen una vez al año y que es una herramienta para detectar el cáncer de seno.
Pero, cuando es la primera vez que nos enfrentamos a este examen, hay mucho que no sabemos, muchas preguntas, miedos y preocupaciones que nos vienen a la mente. En IMD sabemos que la mejor forma de combatir el miedo es con información, por esto vamos a mirar paso a paso en qué consiste una mamografía.
Para empezar, podemos dividir la mamografía como estudio en dos tipos diferentes; la mamografía de exploración y la mamografía diagnóstica. La primera se utiliza en mujeres que no tienen síntomas, y es de carácter preventivo ya que permite detectar el cáncer de seno de manera temprana, ya que puede detectar lesiones hasta dos años antes que el médico o el paciente. La segunda se utiliza en pacientes que tienen algún síntoma como tumoración, dolor o secreción para detectar y diagnosticar enfermedades mamarias.
1. ¿Qué recomendaciones debemos tener en cuenta el día de la mamografía?
La primera recomendación es pedir la cita en el momento del mes en el cual la sensibilidad en el pecho sea menor. Para las mujeres que tienen la menstruación, la sensibilidad aumente antes y durante el periodo, por esto la recomendación es hacer el estudio una semana después del final del mismo.
La segunda recomendación es llevar el día del examen los estudios anteriores si los hubiese; estos estudios pueden dar pistas al radiólogo sobre lo que se está buscando o que es lo normal en cada caso particular. Es importante recordar solicitarlos al médico anterior o buscarlos en casa con suficiente anterioridad.
Hay quienes recomiendan abstenerse de bebidas como el café, el té y las bebidas energéticas un par de días antes del examen, ya que pueden causar sensibilidad en el pecho. Esta recomendación queda al juicio de cada una.
Se recomienda no usar desodorantes, cremas, talcos ni perfumes bajo los brazos o en el pecho; estas sustancias pueden dificultar la toma del examen e incluso distorsionar las imágenes.
Igualmente, por comodidad, se recomienda usar pantalones o falda y una camisa ya que para el estudio es necesario quitarse la ropa de la cintura para arriba y usar una bata que se abre en el frente. Usar dos piezas de ropa facilita desvestirse y vestirse para el examen.
Finalmente se recomienda dejar las joyas en casa. Cualquier collar, cadena, aretes y demás joyas alrededor del pecho interfiere con las imágenes y por esto deben ser retiradas antes del estudio. Lo mejor para evita pérdidas y daños es dejar estos objetos en casa antes de asistir a la cita.
2. ¿Cómo es el proceso?
Durante el examen, el técnico radiólogo posicionará cada uno de los senos en el equipo, llamado mamógrafo, sobre una plataforma especial, donde será comprimido con una paleta. La compresión puede ser un poco molesta e incómoda, pero es necesaria ya que permite:
Aplanar el grosor del seno para que todos los tejidos puedan visualizarse.
Extender el tejido para que las pequeñas anomalías no queden escondidas debajo del tejido superior.
Permitir el uso de una dosis más baja de rayos X ya que es una cantidad más delgada de tejido la que está siendo radiografiada.
Limitar el movimiento para evitar que la imagen se vea borrosa.
Reducir la dispersión de rayos X para aumentar la agudeza de la imagen.
Habitualmente se realizan dos tomas, llamadas MLO, medio lateral oblicuo y CC, Cráneo caudal; estos nombres se refieren a la perspectiva con la que se toma cada imagen, como una fotografía de perfil y una de frente.
3. Los resultados
La interpretación de la mamografía puede resultar difícil ya que una imagen puede ser diferente en cada mujer, por esta razón los radiólogos normalmente comparan la mamografía actual con la anterior para buscar cambios que sugieran que hay algo de que preocuparse. Los implantes mamarios también pueden dificultar la lectura de la mamografía, por esto existe una técnica especial llamada “Ekclund”, que consiste en desplazar la prótesis hacia atrás para evaluar el tejido.
El radiólogo escribe sus resultados en el informe, y en la cita de control el médico que pidió el estudio interpreta el informe y le comunica los resultados finales a la paciente. De ser necesario, el médico puede ordenar más estudios incluyendo ultrasonidos y biopsias. De o contrario, sólo queda realizar el autoexamen hasta que sea el momento de realizar la nueva mamografía un año después.
Aunque la mamografía es la mejor herramienta para la detección precoz del cáncer de seno, existe un margen de error dentro del cual pueden pasarse por alto algunas lesiones peligrosas o dar resultados conocidos como falsos positivos. Sin embargo una adecuada relación con el médico de cabecera, una visita anual al ginecólogo, el autoexamen y la mamografía anual son el mejor camino para cuidar la salud.