La Nutrición como Protección Contra el Cáncer de Seno
El cáncer de mama puede ser catalogado como una enfermedad bastante compleja. Los factores que producen la malformación de dichas células no pueden ser controlados en la mayoría de las ocasiones (edad, genes, edad, entre otras).
Aunque esto sea así, se conocen algunos otros factores que pueden ser totalmente controlables. Los hábitos alimenticios suelen poseer un rol importante en éste caso, ya que de esto dependerá si el cuerpo reacciona debidamente, sean buenos hábitos o de manera negativa, lo opuesto. La alimentación es un factor muy importante en la lucha contra el cáncer de seno.
Un Buen Control Alimenticio
El tumor maligno puede formarse de diversas maneras y en diferentes lugares. Pero lo que no varía es su relación con la alimentación. ¿Has escuchado el famoso dicho de “somos lo que comemos”?
Pues justamente a esto se refiere: La calidad del alimento consumido determinará que tan bien trabaje tu cuerpo. Si te alimentas con una dieta pobre en vitaminas y otros atributos saludables, el organismo responderá de forma negativa.
Si se quiere obtener un óptimo funcionamiento, se debe reducir e incluso suprimir por completo el consumo de alcohol, azúcar, carnes rojas y por sobre todas las cosas, alimentos altos en grasa dañinas.
El control en lo que comemos puede ser quizás uno de los mejores puntos a considerar si se quiere evitar grandes males como futuros diagnósticos de tumores malignos, incluyendo el cáncer de mama. A continuación, se presentarán algunos de los muchos alimentos considerados al momento de combatir y prevenir el cáncer de seno.
Alimentos para Prevenir y Contraatacar
Sin duda alguna, una dieta de saludables alimentos debe incluir:
- Mucha fibra como granos, cereales y legumbres
- Una gran cantidad de frutas y vegetales
- Alimentos ricos en Vitamina D
- Productos basados en soya
- Otros alimentos, especialmente especias que contengan propiedades antiinflamatorias y antioxidantes
Los alimentos mencionados anteriormente están considerados para ser consumidos en cotidianidad. Además de estos, hay algunos otros más específicos con valores tan altos que son considerados necesarios y fundamentales en una dieta anti-cáncer. Dos ejemplos son:
- Té Verde: Una leyenda de entre muchos compuestos obtenidos de la naturaleza. Es anticancerígeno y antioxidante formidable.
- Aceite de Oliva: Una tremenda herramienta para luchar en contra de muchos tipos de cáncer registrados, gracias a que este reduce drásticamente los niveles de oncogenes, potenciales en malformaciones. Se recomienda aún más consumirlo como extra virgen.
Una dieta puede resultar dura para algunas personas, pero no tiene que ser así. Siempre hay que tener en cuenta que, es posible reemplazar algunos de los que impactan negativamente por los que se han mencionado y muchos otros. La transición debe ser flexible y amistosa, reduciendo así el margen de fracaso.